sábado, 21 de noviembre de 2015
La Dama de Carmin.
Realmente no sabría como comenzar a relatar esto… bueno creo
que debería comenzar con…mi nombre es Richadrds Halei, de niño fui muy enérgico
y altivo, de joven no de gratis me gane etiquetas como mujeriego, don juan y
amante apasionado, de adulto y aunque no lo crean me case aunque no tuve hijos
y mi esposa por obvias razones me era infiel al igual que yo a ella más sin
embargo nunca llegamos a encarar la situación hasta que me pidió el divorcio y
blah blah eso es otra historia, mas sin embargo yo también me enamore a pesar
de que sabía bien que ella sería la única mujer que jamás tendría, desde que vi
por primera vez sus ojos hinchados y llenos de lágrimas y sus mejillas rojas y
su rostro más pálido de lo que era no pude evitar amarla y sentir esa profunda
frustración de no poder tocar ni uno de sus rojos y largos cabellos; algunos
dicen que al hablar de ella lo hago con un tono un tanto lascivo más sin
embargo y a pesar de ser conocedor de las más finas pieles nunca un deseo
lujurioso se hizo de mi ante ella quien casualmente era la esposa de el que era
un conocido de la infancia y mi mejor amigo, ¿sádico eh? Quizás digan que es un
cliché que ya está escrito y esas cosas, más sin embargo lo que trato de
contarles no es algo que suele sucederle a los tipos como yo muy seguido y por
ello creo que es que escribo esto y antes de comenzar debo acotar que me toco
indagar un poco en los recuerdos y zapatos de otros para armar esta historia
que en definitiva no dejara jamás mi mente.
Todo comenzó en un verano de la infancia mía y la de mi
mejor amigo Nicola Jemnesck fue un día
que no pudimos salir a jugar ya que yo estaba con fiebre y además de que Nicola
estaba castigado por colocar ranas bajo las sabanas de su hermana mayor y poco
después fue enviado a pasar el verano en una vieja propiedad de su familia, una
antigua mansión en el campo que tenia una hermosa vista hacia un pequeño lago,
había sido mandado a practicar con el piano que quedaba en el tercer piso y
justo en esa habitación tenía un pequeño balcón que daba a ver al lago, claro
un tanto pintoresco para mi gusto, pero fue allí después de horas aburrido
tocando cualquier cosa en ese dichoso piano cuando en un descanso se asomó en
su balconcito y vio a una niña con un traje extraño que parecía una bata de
baño pero esta era negra y con un extraño cinturón, esta niña lucía un hermoso
cabello rojo por los hombros y unos un
tanto adormilados ojos azules y piel ridículamente blanca, se encontraba
lanzando piedras al lago quizás tratando de hacer que rebotase pero de una
manera un poco.. Torpe tal vez? Bueno en fin; al verla Nicola decidió bajar a
reclamarle por qué se encontraba arrojando sus piedras a su lago, pero cuando
se fue aproximando a ella le grito “¡hey!” eso inesperadamente asusto
horriblemente a la niña lo cual hizo que se fuera corriendo al bosquecillo
cerca del lago; pasaron días sin que Nicola la volviese a ver hasta que un día
volvió a asomarse viéndola acostada frente al lago y corrió hacia ella pero
esta vez sin gritar y al poder verla de cerca no la vio tan rara y más bien le
agradaba su presencia, se sentó junto a ella viendo el lago con sus gansos y
otros bicharracos raros, pero que de un momento a otro le impacientaba
conocerla y no tuvo de otra más que despertarla y cuando lo hizo pues vio como
sus ojos adormilados se hicieron muuuy grandes, por la impresión supongo, ella
trato de irse rápido pero él la sujeto de la mano y le dijo: - soy Nicola
Jemnesck el dueño de este lago, ¿cuál es tu nombre niña?- a lo que no tuvo
respuesta y le volvió a preguntar pero con un tono más altanero a lo que la
niña lo ve directamente y le señala la garganta a lo que Nicola asume que es
que ella no habla y pues ciertamente acertó en el hecho de que ella no podía
hablar ni en ese entonces ni nunca; aunque el ser muda no era mucha limitación,
podía jugar y hacer casi todo lo que los niños hacen y Nicola poco a poco fue
comprendiéndola mejor; desde ese día Nicola y ella pasaron el verano jugando y
él le enseño a tocar el piano incluso compusieron una canción que pues tuve una
sola oportunidad de oír, Nicola me contó mucho sobre su sonrisa una amplia y
brillante sonrisa llena de entusiasmo y calidez, una sonrisa que lleno un
espacio vacío en el corazón de un niño caprichoso, malcriado pero un tanto
falto de cariño a pesar de ser un cuna
de oro, él y yo éramos muy similares y quizás por eso estábamos juntos.
Cuando llego el día en que Nicola debía regresar me contó
que la vio en el lago en el mismo lugar de siempre y después de un día de
juegos él le dijo: -hoy debo regresar a
la ciudad, a mi casa…-a lo que hizo que ella se le viera un poco el desánimo ya
que se habían vuelto inseparables a pesar de que en casa de Nicola la tratasen
como una muchachita de la calle aunque nunca supimos de donde realmente ella
venia, su casa, familia o si realmente tenía algo más que ese extraño atuendo
negro… al ver la cara triste de la niña agarro valor y le dijo: -¡no estés
triste yo regresare por ti y nos casaremos! ¡Lo prometo! Porque… ¡porque tú no
eres una niña tonta que tiene miedo de los sapos!- unas tímidas palabras de un
niño caprichoso, de Nicola.
Al montarse en el auto al día siguiente, le dicen a Nicola que
no regresara a casa ya que sus padres decidieron enviarlo al exterior para que
estudie y pueda hacerse cargo de la empresa de su padre cuando creciese, Nicola
al escuchar eso me contó que sintió como un pedacito de alma escapaba de su
boca en un suspiro ya que parecía que no podría volver al lago en el próximo
verano, ni podría volver a ver a su amiga, aquella niña extraña de cabellos
rojos.
Pasando varios años un tanto aburridos sin Nicola me volví
de malcriado a mujeriego y parecía que el igual por lo que solía relatarme en
sus cartas no perdió su tiempo con las doncellas, aunque en esas cartas nunca
menciono ni una sola vez a aquella niña del lago; un día inesperadamente llego
una de sus cartas diciéndome que regresaría a casa, ya para ese entonces estábamos
más grandes y supuestamente más maduros al menos lo suficiente para estar
comprometidos... como yo, sí, mi matrimonio fue arreglado, un trato entre
familias y para Nicola preparaban algo no muy lejano a eso; pocos días después
de recibir la carta llego el gran Nicola Jemnesck tocando mi puerta y
tentándome a ir a esa mansión de campo, una con vista al lago… mucho me tentó
con una buena reserva de licor hasta que acepte y fuimos. Al llegar fuimos
directamente a esa sala de estar con un viejo piano de cola y un pequeño balcón
con vista a ese lago y entre bromas y cuentos de nuestras “aventuras” y por
supuesto desventuras con las mujeres y fue en eso cuando él nos sirvió un trago
y comenzó a relatar como una extraña niña sin voz robo el corazón del gran
casanova Nicola Jemnesck, relatando con nostalgia esas extrañas aventuras de un
verano distante y fue en eso que se asomó al balcón para agarrar fresco ya que
como en ese entonces era verano y el calor azotaba mientras que yo retozaba en
el sofá que decoraba el salón y fue cuando me di cuenta que Nicola de repente
quedo en silencio y con un rostro inerte y ojos abiertos, me levante
acercándome a él y es cuando veo que una
dama con traje negro y un largo cabello rojo se encontraba a orillas del lago y
accidentalmente dije “oh mi dios, no mentías sobre tu chica de cabello rojo”,
una expresión tonta pero fue suficiente como para que Nicola dejase la copa en
el piano y fuese corriendo a su encuentro más sin embargo ella ya se estaba
yendo en dirección al bosquecillo al cual entro y Nicola fue más atrás mientras
yo observaba su desesperada carrera tras esa silueta que se desvaneció entre
los frondosos árboles.
Nicola la siguió con desesperación en el bosque pero se
preguntaran por qué él no la llamaba, pues el genio nunca pregunto su nombre
pero al casi perderla lo único que se le ocurrió gritar fue – ¡espera! ¡Ya
volví, no te escondas!- a esa alaraca un poco infantil, ella se detiene y se da
la vuelta dejando ver tras su frondoso y largo cabello sus adormilados ojos
azules que se llenaron de asombro al verlo, mientras que Nicola sin aliento la
veía tratando de asimilar que esa hermosa joven fue una vez esa niña con la que
jugo aquel lejano verano y fue entonces cuando la tierna sonrisa llena de esa
calidez se dibujó en sus rosados labios confirmando su identidad a lo que sin
más Nicola sujeto su mano y bruscamente la llevo a la casa, a la sala del piano
donde yo aún bebía, aunque de lo que si me di cuenta era del escándalo que
hicieron las criadas cuando el entro con ella a la casa lo cual me parecía
ridículamente gracioso y al aparecer en la puerta me dice fuertemente: - Esta
mujer y más ninguna otra será mi esposa, porque ella… no le teme a los sapos…-
eso sin duda alguna me sorprendió aunque creo que no tanto como a ella, un
tanto brusco e inesperado quizás un arrebato de juventud o un deseo contenido
desde ese verano.. no lo sé, solo sé que así fue como comenzó una relación
formal, compromiso, boda y todo eso y pues como sabes lo caprichoso que es
Nicola no la dejo regresar a ningún lado y ni se molestó en preguntar su
procedencia solo sabía que era ella y que ella seria suya por siempre y de lo
que me di cuenta eventualmente fue de que ella simplemente tenía solo ojos para
su amado Nicola y que nada ni nadie corrompería esa sonrisa que le dedicaba a
él y solo a él una sonrisa desde el fondo de su ser.
Eventualmente después del matrimonio problemático de Nicola
y esta joven de cabello rojo, ojos azules y sin voz; ella se volvió la
srta.Jemnesck; Nicola heredo la compañía de su padre convirtiéndose en un
empresario prominente mientras que yo me case también aunque mi padre le dejo
la compañía a mi hermano mayor pues solo me quedo disfrutar de la ya acumulada
fortuna que mi apellido traía a cuestas.
Ya sé, ya se, están ansiosos por saber cómo y cuando comencé
a amar a la esposa de mi mejor amigo, pues fue si mal no recuerdo ya a los dos
años de matrimonio de ellos y un año y
medio del mío y si ya mi matrimonio estaba como les dije al inicio cada quien
por su lado y divorcio en tramites; me dirigí a la oficina de Nicola para
charlar y quejarme de mi matrimonio y fue cuando vi que la secretaria no estaba
en su lugar lo cual no era normal y al llegar a las puertas del despacho y la
veo a ella con su hermoso y extraño traje negro viendo fijamente la puerta
entreabierta, su cabello rojo recogido sus manos apretando su vientre y sus
ojos llorosos y rojos muy abiertos y su rostro pálido y al colocarme a su lado
acerco mi cara para verla de cerca y al ella verme se sorprende limpia un poco
aunque de forma inútil sus ojos y fue cuando pude ver y escuchar a Nicola con
aquella mujer, la secretaria teniendo sexo desinhibido en el escritorio, fue
algo… que aunque si sabía que él fue mujeriego nunca me conto sobre esas
aventuras en medio de su matrimonio quede sin palabras y una sensación de ardor
en mi pecho y regrese la mirada a ella que hizo una reverencia fuerte,
disculpándose y haciendo señas para que no dijese nada de que ella estuvo en
ese momento y que no dijera nada de esto a nadie ni a Nicola, aunque no hablaba
claramente me lo suplicaba, acepte, y ella después con la cabeza agachada se
fue, realmente estaba impactado ya que creí que Nicola realmente amaba a esta
mujer y que no sería capaz de algo tan descarado, mi mente estaba nublada y
solo aparecía el rostro y la expresión que siempre mostraba una hermosa
sonrisa, llena de lágrimas y una profunda tristeza y dolor que desgarraba todo;
ese día no me vi con Nicola y poco después me entere que ella estaba embarazada
y fue que supe el por qué ella fue a la oficina y el por qué sujetaba así su
vientre. Desde ese entonces creo que la ame y cada día que pasaba
inexplicablemente la amaba más quizás fue porque no solo vi su sonrisa sino sus
lágrimas unas lágrimas perfectamente formadas con un profundo grito ahogado.
Nicola no logro darse cuenta del embarazo hasta que pues era
lo suficientemente evidente aunque el simplemente llego a la conclusión de que
estaba “gorda” y si no hubiese sido porque ella coloco su mano en el vientre y
el sintió a su bebe no termino por creer que sería padre.
Y aunque nunca le dije a nadie, desee tanto ser yo el padre
de esa criatura.
A pesar de encontrarse en cinta Nicola cada vez más la
descuidaba cada día la veía menos, ya no la besaba ni tocaba siquiera solo a
veces para sentir su vientre más sin embargo hubo un momento que ni eso hizo
ella dejo de ser esposa y se volvió un objeto más una simple decoración y el
cada vez más descarado con sus infidelidades, pero a pesar de todo ella no
dejaba de sonreírle siempre daba su mejor sonrisa aunque fuese casi ignorada;
fue poco a poco en medio de su embarazo que me volví más cercano a ella ya que
estaba sola y realmente era una dama fascinante y con ella descubrí mi pasión
por la fotografía aunque fuese solo ella el blanco de mi cámara y solo las
expresiones fugaces llenas de sentimientos ahogados y sonrisas suaves para su
niño que crecía suavemente; un día en el noveno mes del embrazo estábamos en la
biblioteca de la casa y ella de pie junto a la ventana llegue a ver por un
momento más misma cara que vi un día frente al despacho de Nicola pero esta vez
sus ojos cerrados y sus manos acariciaban amorosamente su ya hinchado vientre y
fue cuando tome una foto para conmemorar esa hermosa pero dolorosa imagen de
aquella triste dama y fue cuando volteo sorprendida secando sus lágrimas que me
sonrió y de repente sintió un fuerte dolor sujetándose fuertemente de la
cortina fue que la sujete y ayude a caminar al auto para llevarla al hospital
ya que había roto fuentes y aunque con desesperación llame a Nicola pero este
no contestaba ni el teléfono de su oficina y fue así que me toco esperar solo
por un niño que no era mío ni por una mujer que era mi esposa, inesperadamente
me trataron como el padre y corte el cordón de mi ahora sobrino y tomándolo en
mis brazos le pregunte a ella que nombre le pondría y aunque me sorprendió
mucho el que yo terminase nombrando a ese pequeño niño, fue una experiencia
totalmente única y fue así que mi sobrino y ahijado Daniel nació, Daniel Jemnesck,
me pareció apropiado y a ella le gustó mucho o al menos eso parecía decir su
sonrisa aunque pronto esta se tornó en una sonrisa llena de decepción y fatiga,
en eso recordé a Nicola y decidí ir por el a su oficina, que por qué? Pues
porque se perdió del nacimiento de su hijo. Al llegar al edificio note que su
auto y chófer un estaban en el aparcamiento y aunque fervientemente trate de no
pensar en ello sabía bien que ocurría; al llegar al despacho abrí las puertas y
ahí estaba el desdichado, fornicando como un perro en celo; miles de cosas
cruzaron mi mente pero ninguna de ellas decía que debía detenerme y fue así que
le di un puñetazo en la cara y no me intereso el estado de aquella ramera que
recibía los lujos de su jefe. Nicola abrumado entre la adrenalina del sexo y el
golpe que recibió en la cara; arreglo sus pantalones, la mujer se fue y el me
reclamo que por que fue eso a lo que le respondí: - ¿acaso ella no es
suficiente? ¿Porque haces esto diablos? ¿Por esto no tomabas las llamadas? Tu
mujer, tu esposa acaba de tener a tu hijo, deberías ir con ella y ver al
pequeño Daniel- el muy cínico mientras
yo le gritaba se fumaba un cigarrillo y al escuchar de Daniel pregunto en que
hospital estaba, pero yo no pude
soportar ver el hermoso rostro y sonrisa de aquella mujer que ya en ese momento
termino de llenar mi corazón, esa sonrisa para un hombre que no era yo.
Nicola con el pequeño Daniel fue un padre de esos que estaba
siempre ocupado aunque no siempre era trabajo y últimamente había agarrado la
costumbre de llevar a sus zorras a la casa y termine yo cumpliendo esa parte o
rol de padre, Daniel no me alejaba más bien yo era su tío favorito jugábamos en
el jardín mientras ella nos veía así fue creciendo el niño Daniel; aunque
éramos muy cuidadosos de que Daniel no se diera cuenta de los juegos de su
padre en ese cuarto apartado del primer piso fue inevitable que un día
escuchase y preguntase si a su papa le dolía algo a lo que ella tapo sus oídos
y luego sus ojos con sus manos tratando de decirle que jamás volviese a
acercarse a ese lugar y lo abrazo fuertemente y lo cargo de vuelta al jardín
junto conmigo y a ver su rostro supe lo que ocurría y termine por dejarle claro
al niño que ese sitio no era para él y que papa estaba bien pero que mama
necesitaba muchos abrazos y besos ya que yo no podía dárselos. Ya cuando Daniel
era un adolescente fue realmente lo contrario a Nicola y a mí, ese muchacho
realmente amaba a su madre y pues eventualmente se enteró de lo que ocurría, un
hecho que no se podía ocultar más y aunque no le di detalles solo le pedí y
deje como tarea cuidar de su madre que era quien más sufría por ello pero que
no odiase a su padre porque al fin y al cabo eso era, su padre, y ella lo amaba
a pesar de todo; gracias a Daniel y a su madurez al tratar el asunto le hizo la
vida más fácil a mi hermosa dama de ojos llorosos.
Un día en el jardín Daniel leyéndole a su madre ya que esta
no aprendió a leer ni a escribir ella
comenzó a toser dejando sangre en sus rosados labios, lo que preocupo mucho al
joven y la obligo a ir al médico, el cual le dijo que era una enfermedad
extraña pero había un mal en sus pulmones y que debía asistir regularmente.
Progresivamente ella se debilitaba Nicola no lo notaba y Daniel cuidaba de ella
al igual que yo en lo que podía. Los días pasaban tranquilos algunos leyendo
otros tomando el té o contando anécdotas la mayoría haciendo monerías para
hacerla reír, aunque un día nos sorprendió esperándonos en el piano de la casa
y toco para nosotros esa canción que solo una vez escuche, aquella que compuso
el niño Nicola junto con una niña extraña en un lejano verano, ese día Daniel
se dio cuenta lo que yo sentía por su madre y me pregunto el por qué no se lo
decía y yo solo pude responderle: - porque ella no me entregaría jamás esa sonrisa-
una sonrisa que solo era dedicada a Nicola a su amado Nicola.
Yo seguí tomando fotos de aquellos importantes momentos de
juegos y de llantos, de risas y de sueño; y solo las fotos muestran mi musa mi
cada vez más demacrada musa.
Fue un día de otoño cuando Daniel y yo tomábamos te mientras
yo corregía sus tareas cuando escuchamos un ruido sordo del pasillo y al ver
que era… un sentimiento de pánico escalofriante recorrieron mi espalda al verla
tirada en el suelo sobre un charco de sangre y fue cuando vimos su boca
inundada de la misma sangre que manchaba el suelo, la levantamos, estaba
inconsciente y rápido la cargamos al auto y la llevamos al hospital donde
lograron devolverle la consciencia pero ya era muy tarde, le determinaron unos
momentos más de vida Daniel sujetaba su
mano llorando desesperadamente como un niño pequeño rogándole a su madre que no
lo dejara esta solo pudo acariciar su rostro y sonreírle débilmente mientras
que yo… no lloraba, no aun no era momento de llorar, no frente a ella; giro su
mirada hacia mi hizo un movimiento de agradecimiento y después… me dio esa
sonrisa que tanto desee hacer mía y fue allí que de un suspiro se desvaneció;
entre en un estado de shock, caí sentado y Daniel gritaba y lloraba con
desesperación, los médicos lo separaban del cuerpo de ella fue algo difícil y
yo salí junto con el de la habitación; pasaron horas antes de que el dejase de
llorar, mientras yo aún no lloraba, tratamos de retirar el cuerpo pero fue
imposible solo el esposo o padres podían hacer eso; el sentimiento de
impotencia salió de los esquemas mientras que la ira de Daniel se hacía más
presente; ya de noche regresamos a la casa y vimos la sangre seca y pegada del
suelo y poco a poco fuimos viendo marcas en las paredes como un camino que nos
guio a aquella habitación donde se encontraba Nicola sin enterarse aun de nada,
fumando relajadamente; fue allí que Daniel pedio los estribos y trato de
golpear a su padre y vocifero muchas cosas ofensivas a el aunque lo sujete para
que no cometiese alguna atrocidad; al rendirse y salir de la habitación dijo:
-si no fuera por ti ella aun estaría aquí- Esto confundió a Nicola y me
pregunto por ella que si se había fugado con algún tipo a lo que le respondí
irritado: - no Nicola ella no era como tu bastardo lujurioso; ella murió y solo
tú puedes retirar su cadáver del hospital y si no lo haces pronto la
incineraran en la morgue y dará a parar a una fosa común ya la has hundido lo
suficiente con tu hijo, no permitas que ella acabe así- al terminar, deje a
Nicola asimilando todo aunque de lo que estoy seguro es que al ver toda la
sangre en las paredes y el suelo tuvo su castigo ya que luego me entere que
lloro intensamente y grito sacudiendo y
abrazando el cuerpo de ella; eso ultimo me pareció un poco irónico y cínico de
su parte en realidad.
¿Quieren saber si llore? Pues si lo hice ese día y el día
siguiente y el siguiente pero solo, esas lagrimas eran mi tesoro mi valioso
tesoro que se escapaba entre fotografías que eventualmente se las di a Daniel y
fotos que torturaron más a Nicola por el resto de su patética existencia;
Daniel jamás perdono a su padre y se casó con alguien por amor mutuo eso
afirman y yo aún estoy solo y sin ganas de amar a nadie más que a esa hermosa
dama de hermosos ojos azules enmarcados por largos cabellos rojos y con un
extraño vestido negro, aquella hermosa y única mujer con el que cualquier
hombre pudo ser feliz, cualquiera, menos Nicola Jemnesck.
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